LA HISTORIA DEL COLEGIO DE VETERINARIOS DE MÁLAGA

La historia del Colegio de Veterinarios de Málaga se remonta al año 1900, año en que se fundó con la llegada de su primer representante, D. José López Sánchez. Desafortunadamente se perdieron muchos archivos históricos del año 1937 en adelante debido a la Guerra Civil.

Con esta sección queremos acercar a nuestros colegiados aquellos fragmentos que seguimos conservando desde su creación para conocer más a fondo los cimientos de la estructura de nuestro Colegio.

Bosquejo Histórico

Por José Luis Fernández Navarro

Al pie de una fotografía que conservamos en nuestro Colegio, existe la siguiente inscripción manuscrita: “Don José López Sánchez, Presidente del Colegio de Veterinarios desde su fundación, año 1900. –Homenaje del Colegio Oficial, sesión celebrada el 10-febrero-1926”.

Este dato histórico nos ha hecho ir hasta los descendientes de nuestro primer Presidente en busca de más información sobre los orígenes de nuestro Colegio y hemos gozado con la emotiva lectura de un cuadernillo escrito de su puño y letra, bajo el título “Notas de mi vida” en el que, entre infinidad de detalles perfectamente descritos, figura el siguiente párrafo: “La Asociación Provincial Veterinaria de Málaga, en Junta celebrada el 11 de marzo de 1934, acordó por unanimidad nombrarme Presidente de Honor de la misma por mi constante lucha sostenida en pro de sus intereses desde 1900, en cuyo año fue creada por mi iniciativa”.

En estos tres cuartos de siglo transcurridos, una numerosa lista de nombres inolvidables jalonan la Historia de nuestra organización profesional, alguno de los cuales adquirió protagonismo a escala nacional, como el propio Don José López que por R.O. de 29 de Julio de 1926 fue nombrado Presidente de la Unión Nacional de Veterinarios de España y posteriormente fue miembro de la Comisión que había de redactar el Reglamento para crear un solo organismo profesional veterinario.

En 1910 se incorpora a nuestro Colegio Don Cesáreo Sanz Egaña, que enseguida se integra en aquel núcleo de patriarcas de nuestra profesión entre los que, por citar a alguno, estaba Don José Álvarez Pérez, fecundo creador de toda una estirpe veterinaria con su hijos los Álvarez Prolongo (Don Félix y Don José) y su nieto Pepe Álvarez Betes.

Son los tiempos de aquella célebre Clínica Veterinaria en la que se constituyó una auténtica escuela de veterinarios; y los de José Paez Morillo, Antonio López Torreblanca, Francisco Gómez Suárez, José Martínez Mena y tantos otros prestigiosos compañeros que, con su esfuerzo, y la honestidad de su trabajo, fueron consolidando la unidad y el prestigio de nuestra Profesión en una larga etapa que llega hasta nuestra Guerra Civil en la que, junto a toda nuestra documentación escrita, perdimos a los Colegiados Sres. Martínez Sánchez, Sandaza Moreno, Benítez Cevillant, Palma alma, Hidalgo Martín, Manzanares Pérez, Rubio Velasco y López Valencia.

El 22 de abril de 1937, el Gobernador Civil designa una Gestora de la Asociación Provincial Veterinaria compuesta por Francisco Sevilla Blanco, Francisco Gómez Suárez y Virgilio Torres Peñalver, los mismos que la formaban antes del 18 de julio de 1936. Y ya empieza nuestra historia, con nombres que nos son familiares, como Juan Carner, Prudencio Bermejo, Juan Domínguez Zamudio, Julián Cruz, Juan Peña, Antonio Borges, Carlos Lería, Juan Manuel Sepúlveda, Bartolomé Pérez-Lanzac, José Pancorbo, los tres hermanos Fernández González, los hermanos Sánchez de las Matas Martín, Antonio Fernández Bellido, los veterinarios de Coín, etc, etc.

Tras la creación de los Colegios Veterinarios (16-marzo-1940) es nombrada una Junta Presidida por Don Francisco Pastor Calvo que, con Prudencio Bermejo, Julián Cruz, Gabriel Robles y Carlos Lería, inician la nueva orientación colegial hasta el 20 de marzo de 1941 en que es designado Presidente Don José Álvarez Prolongo.

Es época de reorganización y se prodigan los cambios en la Junta de Gobierno, cuya Presidencia pasa a Don Francisco Sevilla el 22 de julio de 1943, breve periodo presidencial de Antonio Borges.

Bartolomé Perez-Lanxac, prolonga su gestión hasta que tras la aprobación de los nuevos Estatutos de la Organización Colegial, se procede a la renovación de todos los cargos y, por elección celebrada el 1º de abril de 1971, se constituye la actual Junta de Gobierno que, presidida por Gabriel Bueno Fernández (único Presidente fallecido en el ejercicio del cargo), acometió la ilusionada aventura de dotar de una Casa digna a nuestro Colegio.

Hasta ahora, desde el primitivo local de la Alameda 31, un largo periplo itinerante ha ido trasladando nuestras oficinas a las calles Córdoba, Boquete del Muelle, Bolsa, Liborio García y, tras breve ubicación en la Jefatura de Ganadería (Adana), a la Avda. del Generalísimo nº9, al principio conviniendo con el Sindicato de Ganadería y la Comisaría de Recursos que, al marcharse, permitieron realizar las convenientes obras de adaptación para conseguir un local colegial profundamente querido por tantos de nosotros y que tan dignamente ha venido cumpliendo su misión hasta que, tras la provisional estancia en Alameda de Colón de Colón, la unánime decisión y colaboración de todos los colegiados nos han permitido el titánico esfuerzo de instalar e inaugurar ilusionadamente nuestro nuevo Local Social para el que pedimos a Dios largos años de fecunda y positiva utilización.

Artículo publicado en la Revista nº 1 del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Málaga, Junio 2021.

FUNDACIÓN Y PRIMEROS AÑOS DEL COLEGIO DE VETERINARIOS DE MÁLAGA

Por Fernando Camarero Rioja, Asociación Vasca de Historia de la Veterinaria.

Artículo publicado en la Revista nº 2 del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Málaga, Diciembre 2021.

Acta de Constitución del Colegio, 1905

El Colegio de Veterinarios de Málaga se fundó el 19 de noviembre de 1905. De acuerdo con el acta, veinte veterinarios asistieron a la asamblea constituyente: Francisco Cuevas Benítez, Francisco González Torres, Celedonio Pérez Ávila, Juan Martín Martínez, José Álvarez Pérez, Francisco González Arrabal, Salvador Moreno Jaime, Manuel Martínez Sánchez, Juan Mayorga Gómez, José Reinoso Morón, José Martin Velasco, Blas Herrero y Herrero, Carlos Santiago Enríquez, Francisco Sevilla Moreno, Antonio Pérez Cruces, Diego Hidalgo Carmona, Cristóbal Antúnez Torreblanca, Antonio Luna Domínguez, Félix Álvarez Prolongo y José López Sánchez. Se recibieron veintitrés adhesiones y se hizo constar la de Alejandro Ávila Conti, “a quien lamentable asunto le tiene ausente de la capital”.

Se eligió una junta directiva que formaron José López Sánchez y José Álvarez Pérez, como presidente y vicepresidente respectivamente, Alejandro Ávila Conti de tesorero, Félix Álvarez Prolongo de secretario y Juan Martín Martínez, José María Saavedra y Francisco Cuevas Benítez como vocales.

Durante la reunión se dio lectura al Reglamento del Colegio que fue “aprobado sin modificación alguna”. Se nombraron presidentes honorarios a Santiago de la Villa Martin, director de la Escuela de Veterinaria de Madrid, y Calixto Tomás Gómez, con igual cargo en la de Córdoba, y se designó colegiados de honor a Antonio Moreno Ruiz, catedrático de Córdoba y Benito Remartínez Díaz, director de la revista profesional La Veterinaria Española.

Acta de Junta Directiva, 1906

El 21 de febrero de 1906 celebró el Colegio junta directiva con la ausencia del vicepresidente y el secretario, que había renunciado al cargo porque “sus estudios y ocupaciones” le imposibilitaban continuar desempeñando “debidamente” sus funciones. Se nombró a Carlos Santiago Enríquez en su lugar.

En la reunión se dio lectura a la Real orden de 8 de febrero declarando corporación oficial el Colegio de Veterinarios de Málaga. Figuraban inscritos 48 veterinarios, aunque el año anterior solo pagaron la matrícula industrial 41. Este hecho podría explicarse por la inscripción de veterinarios militares destinados en la provincia y Melilla.

Asimismo se acordó admitir como “colegiados numerarios” a Juan Durán Martín y José Cabrera Ramos, de Vélez Málaga; Manuel Fernández Gómez, de Torre del Mar; Luis Bazaga, de Riogordo; Rodrigo Castaño Alvendin, deRonda; Francisco Muñoz Navarrete, de El Burgo; Antonio Florentín López García, de Cómpeta; Francisco Orellana, de Alameda, y Gabriel Guidet, de Nerja. Fabián Giménez Ramos, de Álora, solicitó igual distinción, pero se decidió averiguar las “condiciones” de su título.

El presidente “dio cuenta de haber celebrado varias entrevistas con el gobernador civil de la provincia, al objeto de combatir la intrusión”, un problema habitual en la época, y la junta acordó emplear “todos cuantos medios pueda disponer hasta conseguir la extinción absoluta de los intrusos” y para obligar “a los Ayuntamientos a que nombren Inspectores de carnes en los pueblos donde no los haya y doten a estos de microscopios para reconocer las carnes de cerdos”.

Herradores e Intrusismo, 1906

El 26 de abril de 1906 se publicó en el Heraldo de Madrid la noticia de que “maestros herradores“  de Málaga habían elevado una instancia al Ministro de Instrucción pública para que se les autorizara ejercer “libremente” su profesión. Esta petición le pareció “muy justa” al periódico.

La prensa veterinaria calificó de “caprichosas e injustas” las pretensiones de los herradores y vaticinó que, “sin temor a equivocarnos”, sufrirían “una completa derrota”. Se llamó a la movilización, ya que si se unieran los herradores de las demás provincias y prosperase la solicitud “habremos decretado, con nuestro punible abandono o nuestra desdichada incuria, la muerte material de la veterinaria en España”.

El Colegio de Málaga acordó demandar ante los Tribunales de justicia a los “intrusos” Miguel Gómez, José Rodríguez, Fernando Rivas y Francisco Santamaria, establecidos en la capital, por anunciarse en el diario El Popular, “bajo el título de Maestros herradores, del cual carecen, incurriendo en responsabilidad criminal”.

Acta de Asamblea General, 1906

El 15 de agosto de 1906 se celebró una asamblea general a la que asistieron Juan Martín Martínez, Alejandro Ávila, José Álvarez Pérez, Félix Álvarez Prolongo, José Martín Velasco, Celedonio Pérez Ávila, Fabián Jiménez Ramos, Gabriel Guidet, Antonio Florentín López, Francisco Muñoz Navarrete, Salvador Florido Santaolalla, Manuel Becerra García, Gabriel Robles Hurtado, Manuel Fernández Gómez, José Ortiz Martel, Antonio Luque Conde, José Reinoso Morón, Salvador Moreno Jaime, Manuel Martínez Sánchez, Francisco González Arrabal, Francisco González Torres, Carlos Santiago Enríquez, Francisco Cuevas Benítez y José López Sánchez, con la adhesión de los señores Saavedra Ruiz, Antúnez Torreblanca, Páez Cruces, Sevilla Moreno, Hidalgo, Durán y Álvarez Pérez (Manuel).

Se dio lectura a varias cartas y telegramas de los compañeros ausentes, señores Saavedra, de Antequera, Páez Cruces, de Campillos y Sevilla Moreno de Archidona. Todos delegaron su representación en el presidente del Colegio.

Se leyó la Memoria reglamentaria de los trabajos realizados por la Junta central del colegio desde su fundación hasta el día de la asamblea, “exhortando a todos los señores colegiados a que sientan más entusiasmo y presten más calor a la colegiación, único medio para poder llegar a sostener la Veterinaria patria en las alturas que le corresponde por su extraordinaria importancia”.

Las cuentas fueron aprobadas por “todos los señores presentes”: 214 pesetas de ingresos y 183,25 pesetas de gastos. Asimismo se acordó conferir el nombramiento en propiedad como secretario al Sr. Santiago Enríquez.

Se debatió sobre la sustitución de subdelegados de “edad avanzada” por otros más jóvenes con condiciones para luchar contra el intrusismo, así como de seguros de vida para veterinarios y la formación de juntas de partido.

A propuesta del Sr. Martín Martínez se acordó constara en acta “la más enérgica protesta de la Junta central por el atentado de que ha sido víctima el Sr. Cuevas Benítez por un cobarde intruso que pretendía vivir a expensas de nuestra profesión en el pueblo de Fuengirola, su residencia”. También se solicitó la intervención del Gobernador Civil para que se castigara “severamente al delincuente”.

El agredido dio lectura a un escrito sobre “la falta de unión y compañerismo entre los veterinarios como causa determinante de todos nuestros males”.

Acta de Asamblea General, 1907

El 1 de septiembre de 1907 “se reunió el colegio en Junta anual reglamentaria”, asistiendo los señores López Sánchez, Álvarez Pérez, Martín Martínez, Cuevas Benítez, Álvarez Prolongo, Moreno Jaime, González Arrabal, Martín Velasco, Ortiz Martel, Jiménez Ramos, Florido Santaolalla, Hidalgo Carmona, Guidet, Becerra García y el Secretario que suscribe. Excusaron su asistencia “por perentorias ocupaciones o motivos de enfermedad”, los señores Lara Bonilla, Durán Martín, Hidalgo Rando, Saavedra Ruiz, Reinoso Morán, Páez Cruces, González Torres, Benítez y Muñoz Navarrete (Francisco).

Se aprobó la Memoria anual reglamentaria, el presupuesto de 1908 y las cuentas hasta el 31 de agosto de 1907: 329,20 pesetas de gastos, 292,75 pesetas de ingresos y un suplido por el señor presidente de 36,45 pesetas.

En vista de la “aflictiva” situación económica del Colegio, debida a la morosidad en el pago de las “exiguas cuotas” por un gran número de colegiados, se decidió que a todos los que adeudaran “más de dos semestres”, se les reclamara que “en el plazo improrrogable de 15 días” se pusieran al corriente en sus pagos, o en caso contrario se consideraran “dados de baja e inhabilitados para volver a ingresar en el Colegio”, además de publicar sus nombres en las revistas profesionales “para conocimiento de todos”.

Se hizo constar en acta la “protesta unánime” por la nueva “brutal agresión” de la que fue víctima el secretario del Colegio, “por un veterinario de Escuela libre, que desempeñando un cargo oficial fue destituido por orden de la Junta de Gobierno y Patronato de Veterinarios titulares y designado el Sr. Santiago para sustituirle”.

El presidente hizo presente el “disgusto” que le producía observar lo “retraídos” que estaban la mayor parte de los colegiados, como lo demostraba el escaso número de concurrentes, “pasividad y desconfianza que fatalmente” redundaba “en perjuicio del Colegio” y llevaba a una “bochornosa disgregación”.

Se admitió como Colegiado a Miguel Romero Carmona, establecido en Sierra de Yeguas. El tesorero y el vocal Sr. Martín Martínez intercambiaron sus puestos. Además se nombró presidente honorario a Simón Sánchez, del Patronato de Veterinarios titulares de España, y colegiado de honor a Federico Rodríguez Domínguez, presidente del Colegio de Sevilla, que no pudo asistir.

Veterinarios Malagueños, 1911

En 1911 el Colegio oficial Veterinario de Valencia publicó una “relación nominal de los veterinarios de España”. La provincia de Málaga estaba dividida en 15 partidos veterinarios y contaba con 12 subdelegados, pues no había en Estepona, Gaucín y Torrox. Estaban censados 52 veterinarios, de los cuales dos eran de 2a clase – titulados antes de 1871 – y cuatro de escuela libre – titulados entre 1873 y 1874 –. De los 103 “pueblos” de la provincia solo 28 estaban atendidos por profesionales.

En 1911 el Inspector provincial de Higiene Pecuaria y Sanidad Veterinaria de la provincia de Málaga era Cesáreo Sanz Egaña, autor de la obra Historia de la Veterinaria Española publicada en 1941. Carlos Santiago Enríquez, antiguo secretario, ocupó el mismo puesto en Cantabria, donde fue el principal impulsor y primer presidente del Colegio de Santander constituido el 1 de enero de 1912.

En la capital había tres subdelegados: José Ma López Sánchez – distrito de Alameda –, Alejandro Ávila Conti – distrito de Santo Domingo – y José Álvarez Pérez – distrito de Merced –. En la provincia actuaban como subdelegados Juan Durán Mayorgas, residente en Almogía del partido de Álora, José Ma Saavedra Ruiz en Antequera, Francisco Sevilla Moreno en Archidona, Antonio Páez Cruces en Campillos, Francisco González Arrabal en Coín, Eusebio Lorca Berdugo, residente en Alfarnate del partido de Colmenar, Salvador Moreno Jaime en Marbella, Juan Becerra Granados en Ronda y Juan Durán Martín en Vélez – Málaga.

En la capital ejercían además Juan Martín Martínez, Félix Álvarez Prolongo y Antonio López Torreblanca. Y en la provincia estaban censados Fabián Jiménez Ramos y Fabián Jiménez Ruiz en Álora, Salvador Florido Santaolalla en Alozaina, Manuel Álvarez Pérez y José Rojas Garrido en Antequera, Miguel Palomino Laguna en Mollina, Antonio Bertellis Cano y Antonio Bertellis Arrebolo en Archidona, Federico o Francisco Orellana Narbona en Alameda, Antonio Hidalgo Rando en Cuevas Bajas, Alfonso Padilla Páez en Campillos, Diego Escribano Flores en Almargen, Manuel Becerra García en Ardales, José Almellones Domínguez en Cañete la Real, Luis Muñoz Navarrete en Teba, Juan Benítez García en Coín, Francisco González Torres y Gabriel Robles Hurtado en Alhaurín el Grande, Antonio Luna Domínguez y Juan López Urbano en Monda, José Lara Bonilla en Alfarnate, Luis Bazaga y José Cabrera Ramos en Riogordo, Manuel Martínez Sánchez en Marbella, Francisco Cuevas Benítez en Fuengirola, Andrés Sandaza Moya, José Sandaza, Rodrigo Castaño Alvendín y Rafael Alvendín Carrasco en Ronda, Francisco Muñoz Navarrete en El Burgo, Antonio Florido López en Cómpeta, Blas Herrero Herrero en Frigiliana, Gabriel Guidet en Nerja, Indalecio Medina Jiménez en Benamocarra, Antonio Jaime García y José Álvarez Prolongo en Melilla.

CONCLUSIÓN

La Instrucción General de Sanidad fue aprobada en enero de 1904. Eliminó la colegiación obligatoria de médicos y farmacéuticos y dio paso a la oficial de las profesiones sanitarias. A partir de ese momento se constituyeron definitivamente la mayor parte de los colegios de veterinarios de España. La lucha contra el intrusismo fue el objetivo que animó a los profesionales a su creación y la falta de unión entre colegas o el hartazgo de los directivos por la falta de colaboración las causas de su desaparición. Aunque pudo haber otras iniciativas, el Colegio de la provincia de Málaga siguió este patrón mayoritario fundándose el 19 de noviembre de 1905 y siendo declarado oficial el 8 de febrero de 1906.

A partir de 1907 no se han encontrado más noticias del funcionamiento del Colegio malagueño, que si sobrevivió hasta 1922 cuando se decretó la colegiación obligatoria de los veterinarios, fue por la acción del presidente, del vicepresidente y de los hijos de ambos.

HOMENAJE A HONORATO VIDAL, JEFE PROVINCIAL DE SANIDAD, 31 OCTUBRE 1930. DE IZQUIERDA A DERECHA Y SENTADOS: GAMERO, SANDAZA, JOSÉ ÁLVAREZ PÉREZ, HONORATO VIDAL, JOSÉ LÓPEZ SÁNCHEZ Y FRANCISCO PASTOR. FILA CENTRAL: JOSÉ ÁLVAREZ PROLONGO, ANTONIO LÓPEZ TORREBLANCA, FÉLIX ÁLVAREZ PROLONGO, ROBLES, FERNÁNDEZ GÓMEZ, FLORIDO Y GÓMEZ SUÁREZ. FILA SUPERIOR: SEVILLA, MARTÍNEZ MENA Y SAAVEDRA. FOTOGRAFÍA FACILITADA POR SALVADOR FLORIDO SEPÚLVEDA.

Fotografía de la página 316 del libro “La veterinaria malagueña en su historia”, 2011 de Manuel Muñoz Martín.

BIBLIOGRAFÍA

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- Gaceta de Medicina Zoológica, año XXX, nº10, 15 mayo 1906, págs. 150 – 153. La Veterinaria Española, nº1749, 21 mayo 1906, págs. 209 – 211.

- La Veterinaria Española, nº1174, 31 enero 1907, págs. 42 – 44.

- La Veterinaria Española, nº1175, 11 febrero 1907, págs. 60 – 62

- La Veterinaria Española, nº1803, 20 noviembre 1907, págs. 507 – 509.

- Veterinarios Españoles, Valencia, Colegio Oficial Veterinario de Valencia, 1911, págs. 135 – 138.

- Información Veterinaria, nº2, 2021, págs. 64 – 67.

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