
La segunda edición de la Gala de la Profesión Veterinaria Malagueña tuvo un capítulo solidario en el que el presidente del Colegio, Juan Antonio de Luque, hizo entrega de la donación anual “Solidaridad Veterinaria” al Hogar Pozo Dulce de Cáritas Diocesana de Málaga, por permitir acoger a los perros de los usuarios de sus instalaciones durante su permanencia, manteniendo un compromiso de corresponsabilidad con los animales.
El Colegio de Veterinarios de Málaga en su lado más solidario, y como proyección social, hizo entrega del cheque a la solidaridad veterinaria a una entidad que trabaja por acoger y acompañar a personas sin hogar de Málaga, “siempre atendiendo a sus necesidades con cariño y ternura”. Se trata de la única entidad de Málaga que permite la entada de los animales de las personas sin techo y el Colegio de Veterinarios de Málaga ha colaborado en la identificación de animales de tutores en riesgo de exclusión social.
El cheque solidario lo recogieron la directora de Hogar Pozo Dulce, Belén García Magallanes y el director de Cáritas Diocesana de Málaga, José Miguel Santos Parada, quien dio unas palabras de agradecimiento.

Director de Cáritas Diocesana de Málaga, José Miguel Santos Parada
Hogar Pozo Dulce

El Hogar Pozo Dulce, inaugurado en el año 2001, dentro del gran acontecimiento del Año Jubilar, acoge a personas sin hogar en situación de riesgo, favoreciendo una recuperación integral y proporcionando un lugar alternativo de convivencia, donde se promueva la recuperación de las relaciones personales, mejorando su calidad de vida y acercándoles a los recursos existentes de esta actividad. En él trabajan un gran número de voluntarios de Cáritas, en coordinación con las Hijas de la Caridad.
En las dos últimas décadas, decenas de personas sin hogar que se encontraban en las calles de nuestra ciudad, han hallado en el Hogar Pozo Dulce un lugar donde poder vivir con dignidad, volver a sentirse querido, escuchado, respetado. Hasta llegar allí, en buena parte de los casos, ha sido necesario recorrer junto a ellos un largo camino de semanas e incluso meses, tiempo este en el que el equipo que compone la Unidad de Calle del centro gestionado por Cáritas Diocesana, se encarga de visitarles, acompañarles y orientarles.
Se trabaja desde una línea promocional, en la recuperación de determinados aspectos personales (familia, relaciones interpersonales, etc.), que favorezcan la inserción social y en algunos casos socio-laboral.
