El 12 de noviembre un grupo de colegiados malagueños pudieron disfrutar de una excursión al Parque Nacional Sierra de Las Nieves, donde pudieron contemplar los maravillosos bosques, miradores y cómo no, la joya de la corona de esta sierra, su excepcional pinsapar, en una expedición organizada por el Área de Jubilados del Colegio de Veterinarios de Málaga.
El primer destino de la visita fue el mirador de Luis Ceballos, con una altitud de 1.050 m, desde donde se inició una ruta hasta llegar a adentrarse en el mayor y mejor conservado pinsapar del mundo, el pinsapar de los Lajares. Allí estuvieron caminando a través de un frondoso bosque de Abies pinsapo, particular abeto, cuya especie solo podemos visitar en nuestros parques de Grazalema y en los Reales de Sierra Bermeja, siendo el pinsapar de Yunquera el de mayor extension del planeta, pudiendo ver ejemplares de más de 500 años y más de 30 m de altura.
Después se retomó la ruta ascendiendo hasta el puerto del Saucillo a 1.200 m de altitud, quedando los allí asistentes maravillados por sus vistas, una vez alcanzaron el mirador. Y es que prácticamente se observada casi toda la provincia de Málaga, de hecho, en este mismo punto en un día despejado se puede ver Sierra Nevada y sus cumbres cubiertas de nieve.
Desde este punto el grupo partió en una ruta lineal de menos de un kilómetro para visitar a uno de los árboles más conocidos del Parque, como es el pinsapo Candelabro, que como su propio nombre indica tiene la particular forma de sus ramas en forma de candelabro. Esta maravilla de la naturaleza sigue siendo unos de los monumentos naturales más visitados y más fotografiados del Parque, como muestran las imágenes que acompañan este texto.
Una vez terminada la visita, desde allí el grupo se retrocedió y bajó a observar el llano del Cornicalejo, un basto bosque de pinos en el cual a sus pies va creciendo un joven rodal de pinsapos de unos 10 a 20 años de vida.
Durante las distintas rutas se pudo disfrutar además, de algunas flores características de los pinsapares, y más de una curiosidad de este singular abeto. Aquellos con mayor capacidad de visión oteaban el entorno en busca de algún animal propio de la fauna del pinsapar como es la cabra montés, el águila, el buitre o, el jabalí.
El retorno y fin de la excursión fue realizado bajando hacia Yunquera, donde se realizó la parada para degustar un merecido almuerzo en el restaurante Abanico y tras la sobremesa, los asistentes pudieron visitar la Casa Museo Francisco Sola, más conocida como la Casa solariega de la familia de los Sola Portocarrero y que alberga en su interior un extenso patrimonio cultural.